La casa de los CreepyPastas - Capitulo 4

~CAPÍTULO IV: ¿Qué es esto?

Después de aquel almuerzo, Jack se encargó de lavar los platos mientras que N se daba una ducha; los demás se quedaron viendo televisión en la sala, a excepción de Hoodie y Masky, quienes fueron a la habitación del enmascarado. Cuando ellos dos entraron en la habitación, un silencio incómodo lleno por completo el lugar, Hoodie llevo a Masky hasta la cama y la deja acostado para que guardase reposo.

-¿Seguro estarás bien sin mí? –preguntó Masky.
-Oh vamos Masky, se cuidarme solo, no te preocupes tanto –respondió el otro, aunque en sus adentros lo que más quería es que lo cuidara de todo como estaba haciendo ahora-, además voy a ir con Operador, lo peor que me puede pasar sería que el me mate, y no creo que ahora tenga esas intenciones.

Intercambiaron miradas, y en ese instante otro silencio reinó en aquella habitación, nos es por el hecho de que no sabían que decir, simplemente era cuestión de mirarse para decir todo aquello que querían expresar; pero más allá de esas máscaras y capuchas que encubrían sus identidades al resto, habían miradas que decían mucho más de lo que ellos en ese momento podían, emociones extrañas para ambos, pero más para Masky, ya que eran uno de esos pocos momentos que ha tenido con Hoodie, donde sus palabras sobraran entre los dos.

-B-bueno, mejor será que me valla –antes de que Hoodie lograra dar siquiera un paso, Masky lo agarró por el brazo, evitando que se fuera-, ¿M-masky? ¿Qué pasa?
-Quédate otro rato conmigo –la reacción del encapuchado al oír aquello fue nerviosismo, se quería quedar pero, ¿A qué costo? ¿Desobedecer a Slender? ¿Quizás perder a su amigo?-, por favor Hoodie, no me dejes solo –De acuerdo, a la mierda todo, preferiría mil veces estar con Masky que ir a una misión.

No se dijo más después de ello, fue cuestión de que Hoodie se acostara a su lado e inmediatamente cayo rendido en brazos de Morfeo, estaba cansado de todo. Masky, sin pensarlo, paso su brazo por la cadera del encapuchado, lo acercó más hacia él y cayo dormido a los segundos. Ni siquiera él estaba entiendo que le ocurría, nunca se había comportado de aquella manera con el menor, pero en cierta parte le agradaba; pero su mente le estaba jugando pesado, se confundiría con aquellos sentimientos nuevos para él, le gustaba y a la vez no, era extraño, ilógico, anormal, ¿Terrorífico? Quien sabe, tan solo el enmascarado y su mente tan distorsionada.


-*-*-


-Oye Jeff, ¿Puedo hablar contigo allá afuera? –la joven voz de Sally irrumpió en la concentración de todos sobre la televisión.
-¿Para qué niñita? ¿Qué no ves que estoy ocupado? –contestó de manera grosera el chico de piel blancuzca.
-Es urgente, por favor, no te tomara mucho tiempo.
-Ugh, vale niña –ambos se dirigieron hacia la puerta delantera de la casa, Jeff abrió la puerta y salieron, sentándose en los escalones de la entrada-, de acuerdo, ¿Qué quieres? ¿Quieres jugar conmigo acaso?
-No, es algo sobre BEN.
-¿Qué? ¿Acaso te gusta ese enano de once años con faldita verde, rubio estilo Ken y ojos color caca?
-Tengo ocho años, ¿Crees que pienso en enamorarme? Además, indirectamente sacaste el tema de conversación, ¿Podrías dejar de insultarlo? –la típica y burlona risa de Jeff salió de su boca sin control.
-¿De verdad me pides que le deje de molestar? Por favor, sabes que es un imbécil patético y sin amigos.
-Sí, pero también sabes que tiene una autoestima por los subsuelos, y no es su culpa, de hecho, es tuya.
-¡Ja! ¿Mía? ¿En serio? Es culpa de esos creepys de videojuegos quienes lo ofendían por lo mismo que te estoy diciendo.
-Sí, pero tú haces lo mismo que ellos, ¿O no te das cuenta de que por eso BEN está aquí? Slender lo traslado a nuestra casa para que sus ánimos subieran, pero contigo encima burlándole nunca logrará algo.
-¿Y qué quieres que haga? Así soy, ni tu ni nadie va a cambiarlo, ¿Ok?
-Bueno, no tienes que cambiar tu personalidad, pero tal vez si de objetivo.
-¿O sea?
-¡¿Eres idiota o qué?! Molesta a N, de todas formas ella tiene que soportarnos a todos para que se quede.
-Tienes razón…
-¿Pero?
-¿Pero qué?
-Jeffrey Woods, alias Jeff the Killer, te conozco lo suficiente para saber que le pondrás una condición.
-Maldita niña –susurró el chico.
-¿Perdona?
-¡Nada! Mira, la molestaré si quieres, pero no estoy seguro de que eso ayude a mejorar la autoestima de BEN.
-¿Por qué lo dices?
-¿Qué no es obvio? Uno no cambia de un día para otro, sé que pasará una semana pero, es muy poco tiempo,  tarda meses para una rehabilitación suceda correctamente.
-¿No hablas en serio, verdad? Estamos hablando del caso de BEN, no de tu caso.
-Estoy hablando sobre casos en general, duran como un mes mínimo para que el paciente se recupere.
-¿Y tú qué sabes de eso?
-¿Tal vez porque fui a un centro médico?
-Touché.


-*-*-


Al salir de la ducha, N se colocó su típica ropa, jeans oscuros, tenis rojos, camisa gris, chaqueta negra y lista para todo; pero antes de salir del baño, arregló su clásico mechón rojizo a la derecha de su cabeza, peinó sus largos cabellos castaño oscuro y se decidió por irse de una vez de allí. A la salida, se encontró con Jack subiendo las escaleras que daban al piso donde se encontraba ella, e indirectamente se dio cuenta de que había más de dos pisos en la casa.

-¿Cuántos pisos tiene este lugar? –preguntó curiosa al chico de chaqueta azul.
-Tiene tres sin contar el sótano, aunque el tercero no lo utilizamos mucho por lo que son habitaciones para más creepymonsters, pero solo si es una emergencia.
-Supondré que son idénticas a las de este.
-Supones bien.
-Bueno, creo que no hay mucho que hacer hasta la cena, ¿Quieres conversar?
-¿Tu cuarto o el mío?
-¿No podemos salir?
-Sally y Jeff están afuera, no sé, cuando ella habla con ese loco se pone muy seria y, la verdad, no le gusta que haya más gente cerca cuando charlan.
-Vale, pues yo creo que vamos al tuyo.

Caminaron hasta la habitación de Jack, y al entrar, N se dio cuenta de que aquel sitio estaba lleno de manchas de sangre y fotos rasgadas, tétrico, más no temía, ya que esperaba algo así del chico, era su personalidad. Se percató en una foto que estaba enmarcada, puesta sobre la mesa de noche, donde aparecía el chico de azul junto con una chica, suponía que era creepymonster también.

-¿Quién es ella?
-¿La de la foto? ¿No la reconoces? –Jack extendió la foto hacia el rostro, donde ella se fijó con mayor claridad de quien se trataba.
-¡¿Sales con Nina the Killer?!
-¡Shh! Venga, no es para tanto.
-¿No es para tanto? ¡Ella es la alumna de Jeff!
-¿Y que tiene? La amo, ¿Ok? No es el fin del mundo, además, Jeff ni le pone cuidado.
-Pero debe ser genial estar con ella, es decir, su historia y personalidad me parecen geniales.
-Si la conocieras niña, te sorprendería como es.
-¿No viene seguido?
-De vez en cuando la visito y viceversa, pero bueno, ¿Quieres seguir hablando de mi novia o quieres saber algo de los de aquí?
-La verdad podría hablar horas y horas de ella, pero me interesa más saber algo de Slender.
-¿Qué cosa?
-Bueno, pues quiero saber el por qué es tan cariñoso con Sally, es decir, ¿Por qué con los demás es tan frio? –Jack la miró por un momento, resopló un poco emotivo y se sentó sobre su cama, mirando por la ventana.
-Es una larga historia, hace algunos años Slender tuvo una hija, nadie sabía con quien, como o cuando, solo apareció con ella por la puerta y nos la presentó. Tenía unos cuatro años si logro recordar, era linda, indefensa, y todos la quisimos, incluso Jeff.
-Parecía buena gente.
-Y lo era, pero ocurrió una tragedia, al ser muy pequeña no conocía muy bien el bosque, era muy curiosa y, aprovechó en una ocasión que la puerta principal estaba abierta y se salió de la casa.
-¿La buscaron?
-Por supuesto, y sobretodo Slender, pero no la volvimos a ver. Y pues, Sally fue muy amiga de ella, por lo que Slender ve la imagen de su hija en ella.
-Valla, debió ser muy triste el ambiente durante esos días.
-La verdad es que sí, pero continuamos con nuestras “vidas”, si es que se le puede llamar así a nuestro lapso en el tiempo como creepymonsters.
-¿Cómo era?
-Muy tierna, usaba vestidos morados y zapatillas negras, además de Sally, Jeff y Slender era con quién mejor se llevaba. Pero no te puedo decir muchos detalles físicos, porque no la recuerdo muy bien.
-¿No sabes quien la recuerda?
-Creo que el único sería Slender, pero él no habla sobre el tema. Odia que se lo recuerden.
-Que mal.
-Si. Pero no te preocupes por él, estará bien mientras nada sobre ella salga.
-Tienes razón, pero bueno, ¿Quieres cambiar el tema?


-*-*-


Sally y Jeff habían vuelto dentro de casa, donde se encontraron a BEN jugando videojuegos y a Slender sentado en el sofá viéndolo. Sin pensarlo, se sentaron junto con el de verde y empezaron a jugar con él.

Mientras tanto, Masky empezó a levantarse, y se encontró con Hoodie, quien seguía abrazado a él. Instintivamente, lo levantó para que fuera a la misión.

-¿De verdad me tengo que ir? ¿No querías que me quedase contigo?
-Hoodie, está bien que te quedes un rato, pero sabes que debemos cumplir con las misiones.
-Pero no vas a ir conmigo.
-Sabes que estoy enfermo, por algo te acompañará Operador.
-Aun así no quiero ir.
-Venga, te espero aquí, ¿Si?

Tras dicho lo dicho, Hoodie se levantó de la cama y caminó hasta la puerta de la habitación, la abrió y salió de allí, dejando a Masky mirando cada movimiento del otro, deseando que no tuviera que ser así las cosas.

-*-Masky’s POV-*-

¿Por qué me siento así? Nunca en mi vida he tenido estas sensaciones, ¿O emociones? ¿Esto es algo producido por mi medicación? No, si no ya lo sabría. Entonces, ¿Qué estoy sufriendo? ¿Es algo bueno o malo? ¿Se me quitará o ha empezado para no irse nunca más? Solo sé que siento estas cosas cuando estoy cerca de Hoodie, ¿Será alguna alergia? ¿Alguna enfermedad que me está transmitiendo? O quizás… no, imposible, lo dudo bastante. Además, estoy seguro que a muchos les desagradaría la idea. Pero, ¿Y si es eso? ¿Y si… me gusta?

-*-Fin del POV-*-